Aún
no sabemos con precisión el impacto que representará el COVID-19 en el sector
de transporte y logística de México, pero podemos tomar como base el caso de
EU. En dicho país la tendencia muestra que la relación carga-camión, o la
diferencia entre la disponibilidad de carga y la capacidad de los camiones,
coincide con los niveles de 2018, que fue un año de buenos resultados.
Esto
responde al papel estratégico que juega el transporte terrestre en crisis como
la pandemia actual. En Reino Unido, por ejemplo, los transportistas han sido
declarados como “empleados clave”, cuyos esfuerzos son vitales para la economía
y el bienestar de los ciudadanos. En España, uno de los países más afectados
por la pandemia, el gobierno ha enfatizado que todos los participantes de la
cadena de suministro y distribución son fundamentales para abastecer, durante
la crisis, de productos de primera necesidad a la población.
Por
su parte, la División de Transporte del Banco Interamericano de Desarrollo
informó que, alrededor del mundo, en el sector logístico, los países están
implementando medidas para asegurar la circulación del transporte de carga de
larga distancia. “La expansión de la pandemia del coronavirus (COVID-19) está
causando disrupciones importantes en la forma como las personas acceden a los
bienes y servicios, y, por tanto, en la forma como operan las cadenas de
suministro”, comentó el BID en un comunicado.
En
México, la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) ha expresado
que, en las próximas semanas, sobre todo después de que el país entró en la
Fase 2 de la contingencia por COVID-19, el transporte y la logística se
volverán elementos estratégicos para garantizar el abasto de mercancías,
alimentos y medicamentos.
“Hasta
el momento, los transportistas no han dejado de hacer su trabajo porque se
trata de un gremio comprometido con los mexicanos y se ofrece un servicio
fundamental para la sociedad, por lo que es necesario implementar acciones
sanitarias, de seguridad y económicas que los apoyen”, dijo hace unos días, en
conferencia de prensa, Enrique González, presidente de la CANACAR.
Por
su parte, la Secretaría de Salud del Gobierno de México, en un acuerdo
publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 24 de marzo, señaló
que, ante la pandemia por COVID-19, continuarán trabajando empresas privadas de
sectores claves como los supermercados, las farmacias, los hospitales y las
clínicas. Además, la dependencia federal externó que también seguirán operando
las empresas de servicios de transporte, telecomunicaciones y gasolineras, pues
se consideran estratégicas para hacer frente a esta crisis sanitaria y
económica.
En
este contexto, el transporte de carga y la logística también tendrán un papel
clave para la reactivación económica del país en los meses posteriores a la
pandemia por COVID-19, sobre todo con la entrada en vigor del Tratado de Libre
Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). El mercado interno sólo
podrá reponerse a las dificultades financieras con una fuerte inversión pública
y privada para el sector del transporte de carga y la logística.
Precisamente,
con el objetivo de revertir los efectos del shock económico por COVID-19, el
Banco Interamericano de Desarrollo ha recomendado a los países de América
Latina y el Caribe que aseguren la circulación del transporte de carga en
cadenas de suministro esenciales, simplificando normativas y promoviendo la
digitalización de todo proceso que requiera contacto humano.
“El
funcionamiento de las cadenas de suministro contribuirá a reducir el grave
impacto en la economía, manteniendo activos algunos de los sectores
económicos”, indicó el BID en una publicación sobre los efectos de esta
pandemia en la economía de la región latinoamericana.
Con información de Movilblog y El Economista.
Fotografía de Rhys Moult.
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Aún no sabemos con precisión el impacto que representará el COVID-19 en el sector de transporte y logística de México, pero podemos tomar como base el caso de EU. En dicho país la tendencia muestra que la relación carga-camión, o la diferencia entre la disponibilidad de carga y la capacidad de los camiones, coincide con los niveles de 2018, que fue un año de buenos resultados.
Esto responde al papel estratégico que juega el transporte terrestre en crisis como la pandemia actual. En Reino Unido, por ejemplo, los transportistas han sido declarados como “empleados clave”, cuyos esfuerzos son vitales para la economía y el bienestar de los ciudadanos. En España, uno de los países más afectados por la pandemia, el gobierno ha enfatizado que todos los participantes de la cadena de suministro y distribución son fundamentales para abastecer, durante la crisis, de productos de primera necesidad a la población.
Por su parte, la División de Transporte del Banco Interamericano de Desarrollo informó que, alrededor del mundo, en el sector logístico, los países están implementando medidas para asegurar la circulación del transporte de carga de larga distancia. “La expansión de la pandemia del coronavirus (COVID-19) está causando disrupciones importantes en la forma como las personas acceden a los bienes y servicios, y, por tanto, en la forma como operan las cadenas de suministro”, comentó el BID en un comunicado.
En México, la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) ha expresado que, en las próximas semanas, sobre todo después de que el país entró en la Fase 2 de la contingencia por COVID-19, el transporte y la logística se volverán elementos estratégicos para garantizar el abasto de mercancías, alimentos y medicamentos.
“Hasta el momento, los transportistas no han dejado de hacer su trabajo porque se trata de un gremio comprometido con los mexicanos y se ofrece un servicio fundamental para la sociedad, por lo que es necesario implementar acciones sanitarias, de seguridad y económicas que los apoyen”, dijo hace unos días, en conferencia de prensa, Enrique González, presidente de la CANACAR.
Por su parte, la Secretaría de Salud del Gobierno de México, en un acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 24 de marzo, señaló que, ante la pandemia por COVID-19, continuarán trabajando empresas privadas de sectores claves como los supermercados, las farmacias, los hospitales y las clínicas. Además, la dependencia federal externó que también seguirán operando las empresas de servicios de transporte, telecomunicaciones y gasolineras, pues se consideran estratégicas para hacer frente a esta crisis sanitaria y económica.
En este contexto, el transporte de carga y la logística también tendrán un papel clave para la reactivación económica del país en los meses posteriores a la pandemia por COVID-19, sobre todo con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). El mercado interno sólo podrá reponerse a las dificultades financieras con una fuerte inversión pública y privada para el sector del transporte de carga y la logística.
Precisamente, con el objetivo de revertir los efectos del shock económico por COVID-19, el Banco Interamericano de Desarrollo ha recomendado a los países de América Latina y el Caribe que aseguren la circulación del transporte de carga en cadenas de suministro esenciales, simplificando normativas y promoviendo la digitalización de todo proceso que requiera contacto humano.
“El funcionamiento de las cadenas de suministro contribuirá a reducir el grave impacto en la economía, manteniendo activos algunos de los sectores económicos”, indicó el BID en una publicación sobre los efectos de esta pandemia en la economía de la región latinoamericana.
Con información de Movilblog y El Economista.
Fotografía de Rhys Moult.
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